domingo, 21 de julio de 2013

GALLETAS DE MANTEQUILLA BÁSICAS CON LACASITOS

GALLETAS DE MANTEQUILLA BÁSICAS CON LACASITOS


Esta receta la podéis utilizar como “la receta base” para unas galletas de mantequilla tradicionales, con un sabor rico rico… la podéis utilizar para hacer galletas normales o como veréis, nos ofrece mucha versatilidad porque son un soporte perfecto para hacer decoraciones con glasa real muy elaboradas.
Probadla y ya me contaréis.

Ingredientes
  • 400 gr de harina normal (más o menos)
  • 200gr de mantequilla sin sal
  • 150-175gr de azúcar glas (es por si las decoráis o no,…si las hacéis sin decorar con glasa real le ponéis 175gr, pero si no las decoráis, entonces podéis ponerle más azúcar...como siempre va a gustos)
  • 1 huevo mediano
  • 1 sobre de azúcar avainillado (yo lo compro en el Lidl) o una cucharadita de extracto de vainilla
  • Una pizca de sal
  • Lacasitos para decorar

Utensilios
  • Un bol grande para mezclar
  • Una balanza o un vaso medidor
  • Un tenedor
  • Papel vegetal de horno
  • Papel film transparente
  • Bandejas de horno
  • Rejilla de enfriamiento (sirve cualquier rejilla, la del horno por ejemplo)
  • Bandejas de plástico
  • Rodillo
  • Cortadores de galletas (también llamados cortapastas, o en su defecto os puede servir un vaso)

Preparación
Vamos allá,…sin miedo!!!!,….

Como quería hacer también galletas de chocolate, he repetido la receta, y he hecho dos masas, una de mantequilla normal y otra con chocolate.
Para hacer las de chocolate tenéis que añadir chocolate en polvo.
Yo utilizo el desgrasado puro de la marca Valor, pero podéis utilizar cualquier chocolate en polvo para hacer a la taza.
Entonces en lugar de 400 gr de harina, pondremos 100gr de chocolate en polvo y 300gr de harina (manteniendo así el peso total inicial de 400gr).

Ahora si,….empezamos!
Sacamos la mantequilla de la nevera un rato antes para que esté a temperatura ambiente…. Claro!!!! …pensaréis,…que fácil,…no es lo mismo en verano que se derrite,…. que en invierno, con el frío está más dura que una piedra,…jajajaja,….pues eso,…hay que calcular. Lo que es importante es que no la calentéis en el microondas porque después nos quedaría una masa blanducha.
Bueeeeeeno,……(negaré haberlo dicho, jajajaja) si no os habéis acordado de sacar la mantequilla, se puede poner como último recurso en el microondas, pero eso sí, solo un golpe, unos segundos, que no se empiece a derretir.

Ponemos la mantequilla en el bol donde prepararemos la masa.
Con un tenedor la vamos chafando hasta lograr que se quede como una crema,…eso es lo que los entendidos llaman: “el punto de pomada”.
Le agregamos el azúcar glas, el azúcar avainillado y la pizca de sal.
Lo vamos mezclando todo bien con el tenedor.
Le agregamos el huevo directamente y lo integramos.
No os preocupéis si parece que la masa se ha “cortado”, vosotros seguir mezclando hasta que el huevo se integre del todo.
Si quieres utilizar la esencia de vainilla (en lugar del azúcar avainillado), …ahora es el turno de agregarla.

Añadimos la harina en tres veces tamizándola directamente con un colador (olé!!! la tecnología punta!) y vamos mezclando. Habrá un momento en el que dejemos el tenedor y tengamos que meter la mano, es importante el tacto porque tenemos que añadir harina hasta conseguir una masa que no se nos peque en las manos… pero tampoco que nos quede como una piedra o como la argamasa de cemento.
Este punto a veces se logra con los 400gr de harina y otras veces con más o menos,, depende de la humedad ambiental y del calor,….así que la primera vez tiene que ser un experimento y después ya le habréis cogido el truco..
No hay que sobre amasar en exceso ya que entonces la masa se volverá elástica y el trigo de la harina desarrollaría el gluten, por lo que, con el calor del horno, podrían empezar a crecer y  nos saldrían burbujitas o se nos deformarían y lo que queremos es el resultado de galleta, no de una masa de pan o de un bizcocho.
Como la masa tiene que reposar al menos 20 minutos y se tiene que enfriar para que podamos manipular bien las piezas de galleta en crudo… vamos a hacerlo de la siguiente manera.
Cogemos la mitad de la masa. La otra mitad la dejaremos en el bol tapada con film transparente para que no se seque.
Extendemos un papel de horno en la superficie de trabajo y colocamos encima la mitad de nuestra masa y encima otro papel de horno.



Esto nos facilitará el estirado de la masa, y no mancharemos el rodillo.
Estiramos la masa entre los dos papeles hasta que tenga el grosor de unos 5 milímetros.
Lo podéis hacer a ojo.
Yo utilizo un rodillo especial de fondand en el que se acoplan en los extremos unos anillos que elevan el rodillo para que la masa quede toda del mismo grosor.
Esto va genial porque a la hora de hornear nuestras galletas es muy aconsejable que todas las que metamos de cada vez sean del mismo tamaño y del mismo grosor. Así se cocerán todas por igual.

De todas formas si no tenéis un rodillo con anillos, no os preocupéis, no es necesario comprarlo. este tipo de rodillos son un poco caros. Un truco casero es coger dos listones de madera de grosor de 5 mm. y colocarlos uno de cada lado de nuestra masa. Recordad que la tenemos entre los dos papeles y que por tanto no va a tocar a esos listones de madera.
Cuando pasemos el rodillo, iremos estirando la masa  y los listones harán de tope del grosor.
Otra forma es buscar 4 cajas de CD’s que más o menos tengan ese grosor y las colocaremos en dos filas, una a cada lado de la masa y lograremos el mismo resultado que con los listones de madera.

Bueno, por dónde íbamos?... ahhhh… sí,…que ya tenemos la masa estirada con el grosor deseado.
Pues ahora y tal como está la masa con los papeles la ponemos en una bandeja de plástico (o de lo que sea pero que la masa se mantenga bien estirada sin doblarse) y a la nevera como mínimo esos 20 minutos de reposo y de enfriamiento.
Que no, que no se os va a espachurrar,….hay que coger en bloque por las puntas de los dos papeles y la colocáis en la bandeja, ya veréis como la masa no se cae.
Hacemos lo mismo con la otra mitad de la masa.

Cuanto más fría esté la masa, mejor para manipularla y para que no se nos deformen en el horno.

Mientras tanto vamos a preparar las bandejas donde vamos a hornear nuestras galletas.
Yo utilizo unas especiales, totalmente planas que me compre en IKEA.
Pero se pueden hacer igual en la bandeja plana que lleva el horno.
Lo mejor es tener dos bandejas porque así mientras se cuecen unas se van cortando las otras y terminas antes.
Colocamos papel vegetal de hornear en la bandeja, esto evitará que se nos peguen las galletas y que se ensucie la bandeja que quedará limpia para seguir utilizándola hasta terminar la masa.

Precalentamos el horno a 170ºC-180ºC  con calor arriba y abajo ( la temperatura depende del horno).

Transcurrido el tiempo de enfriamiento, sacamos la primera “plancha” de masa. Le quitamos el papel que tiene encima (le dejamos el que tiene por debajo) y vamos cortando con el cortador que más nos guste (o con un vaso, que siempre es el recurso de emergencia).


Procuramos ir aprovechando bien la superficie de la “plancha” de masa.
Trasladamos las galletas cortadas a la bandeja de horno (si está la masa bien fría podréis manipularlas con mucha facilidad).
Las colocamos dejando un poquito de separación entre cada una.






Ahora colocamos los lacasitos encima de las galletas y presionamos un poco….ojo!....no es necesario que los hundáis en la masa,…ejejeje.
Con el calor del horno se quedarán pegados.
También podemos poner otro tipo de grajeas de cocholate como éstas que véis en la foto que dentro tienen un cacahuete. No son tan planitas como los "Lacasitos" pero quedan muy divertidos y después,... cuando te los comes,... mmmmm con el saborcito del cacahuete,...mmmmm.

Volveremos a amasar los recortes de la masa y repetiremos el proceso de alisado con el rodillo y de enfriamiento en la nevera.

Metemos la bandeja con las galletas en el horno en una posición de altura centrada y con calor arriba y abajo y sin ventilador.
Las dejamos entre 10 y 15 minutos. El tiempo de cocción depende de cada horno.

Para saber el punto en el que están cocidas hay un truco que no falla.
En cuanto las metáis en el horno, el calor hará que la mantequilla se empiece a derretir y salir a la superficie de la galleta y brillará.
Pues bien, tenéis que ir observando el proceso y cuando veáis que dejan de brillar es que ya están cocidas. A partir de este punto ya empiezan a coger un colorcillo dorado que las hace muy apetitosas.
Este truco nos servirá muchísimo cuando hagamos las galletas de chocolate, porque entonces será difícil apreciar si se tuestan por los bordes.





El tostado depende del gusto de cada uno, pero cuidado d no pasaros,…porque del color tostado pueden pasar al tono “carbonizado”en un momento,….ugggghhhh.

Las sacamos del horno y las colocamos en una rejilla para que se enfríen. Si las colocas sobre una superficie lisa es posible que con el calor se forme humedad debajo de las galletas y eso no nos gustaría.


Así que lo mejor es enfriarlas sobre una rejilla que las eleve un poco de la superficie de trabajo.
Hay rejillas especiales y muy chulas pero la rejilla de varillas del horno te puede servir perfectamente.

 

 


Puede que cuando saques las galletas del horno estén un poco blandas, no te preocupes, se endurecerán al enfriarse.

Y...¡¡¡¡¡¡ tachannnnnnn !!!!!! 


Ya tienes unas ricas y preciosas galletas que harán las delicias de grandes y niños.
Puede que con el calor del horno, tanto los "Lacasitos" como otras grajeas de chocolate,..... se agrieten.... bueno,... de momento no he podido solucionarlo y mira que he horneado galletas y galletas con este tipo de grajeas. El calor derrite el chocolate y la parte exterior del revestimiento de azúcar coloreado,... se agrieta. 
Pero da un poco igual, porque ...... están riquisimas!. Doy fe de ello. jajajaja.

Que aproveche,….y que lo disfrutes!

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